Gatos graciosos por todas partes...¿o no?

Este es un artículo con un sano toque de humor, para que reflexionemos un poco acerca de estas criaturas de Dios que son los gatos. ¿Alguna vez te han parecido los gatos graciosos, sin tener muy claro el porqué? Yo te diré por qué, porque no son graciosos... ¡Son psicópatas y malvados! 

gatos graciosos
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Veámoslo.

Los gatos graciosos son peligrosos

                Desde que era pequeño he tenido gatas en casa. Da la casualidad que es una casa de campo, y, por lo tanto, por el exterior corrían ratones y habían pajarillos, así que he estado acostumbrado a que mis gatos cacen desde siempre. Lo curioso era cuando traían su presa a mi habitación y jugaban ahí con ella, o bien la devoraban.

                En muchas de esas ocasiones, tras dar muerte al ratoncito o al pajarillo, se sentaban delante de él, y me miraban fijamente. Yo pensaba en ese momento que los gatos, graciosos por naturaleza, me miraban como pidiendo mi aprobación por la buena caza. Pero más tarde empecé a plantearme si no sería una amenaza... ¿Me estarían advirtiendo sutilmente de su poder?

                La verdad es que ni lo sé, ni me importa. Si era una demostración de poder, se les pasaba al poco rato, ya que venían a restregarse en mis piernas. Pero de nuevo... ¿debería decir "que gatos graciosos que se frotan contra mí, ¡cuánto me quieren!"? ¡No! Desde el momento en que leí que los gatos se frotan contra los objetos para marcarlos como de su propiedad, me di cuenta de que cuando un gato se frota contra tus piernas, lo que está diciendo es "eres mío". Y lo que es peor, ¡te está tratando como a un objeto!

                Pero bueno, esto de los gatos graciosos no viene de ahora. Seguro que tú lo has comprobado en repetidas ocasiones. Ver a un gato bebiendo del grifo en Youtube es de lo más divertido, pero cuando lo hace de forma repetida, sabiendo que tiene un bebedero lleno de agua, empiezas a preguntarte si no lo hace por molestarte, como diciendo: "sí, sé que me pones agua cada día, pero bebo aquí para que veas que trabajas para mí y a mí me da igual".

                Es como cuando les compras rascadores y siguen prefiriendo rascar los sofás. En su pequeña mente malévola están pensado: "¿Gatos graciosos? ¡Te voy a enseñar yo lo que son los gatos graciosos!". Y no tienen remordimientos. Les da igual que su demostración de poder te cueste dinero.
                Y por último, está la enorme batalla que traen con los perros. Si tienes un perro y un gato en la misma casa, por lo general, verás cómo, de vez en cuando, el perro trata de atacar al gato. ¡Pero no te dejes engañar! Es el gato el instigador de la pelea. El gato es un animal muy sutil. Si miras, se hará el bueno, pero, a la que te des la vuelta, ¡atacará las patas de tu perro y saldrá corriendo!
               

                Así que no te dejes engañar, los gatos graciosos no existen. Son una fachada que construyen para poder hacer lo que deseen, hasta el punto de enloquecerte por no comprender cómo queriéndolos tanto y siendo tan juguetones y cariñosos, pueden llegar a resultar tan conflictivos.

Gato siamés: todo lo que debes saber

                El gato siamés es una de las razas más conocidas en todo el mundo, y el interés que generan se debe no sólo a su especial atractivo físico, sino a que tiene todas las características de un felino llevadas al extremo (salvo la agresividad con los humanos). Así, es una raza muy curiosa, atlética, y, a la vez, cariñosa.



Gato Siamés: Su origen

                El origen del gato siamés se encuentra en Tailandia (antiguo Reino de Siam, de ahí su nombre). A finales del siglo XIX fueron llevados a Inglaterra y EEUU, desde donde empezó a ganar fama y fue haciéndose un hueco en las exposiciones felinas.

                Se les considera un animal de gran valor, puesto que ya en su origen, cuando eran criados en el Reino de Siam, estos gatos se reservaban para la realeza, por contar con un color blanco puro al nacer.
                Se pueden diferenciar a dos tipos de Siamés. Por un lado, encontramos el Siamés Thai, que es aquél originario del Reino de Siam, y que ha seguido siendo criado desde entonces. Por otro lado, encontramos el Siamés Moderno, que es el que llegó a Occidente, y que ha ido siendo seleccionado con el fin de obtener un ejemplar más estilizado.

Características del gato siamés

                Como decíamos más arriba, el gato siamés es reconocido por ser un gato especialmente bello, con colores que van desde el blanco al negro, pasando por el canela, siempre manteniendo esa tonalidad marrón. Es habitual que cuente con un pelaje donde están presentes todos esos tonos.

                Pero también es reconocido por ser un animal especialmente curioso. Tanto es así que si llegan visitas a tu hogar, no es extraño que acuda a saludarlas. Y, en el caso de que corriera a esconderse, vigilaría continuamente qué es lo que hacen esos extraños en su hogar, sin dejar de prestarles atención.

                Por otro lado, son animales muy ágiles, lo cual puede apreciarse en su musculatura, mucho más marcada que en otros gatos considerados más tranquilos. Pese a ser muy cariñoso, puede llegar a ser, también, muy activo, lo que, en ocasiones, puede llegar a preocupar a los dueños, especialmente si viven en un piso.

                Por el lado negativo, cabe destacar que es un gato muy propenso a sufrir estrabismo (los ojos son incapaces de enfocar al mismo punto), lo que les dificulta el obtener una correcta visión de profundidad, y, por lo tanto, pueden caer al saltar de un punto a otro, o chocarse contra objetos si van a mucha velocidad.

                Por último, cabe señalar que es una raza especialmente "pesada" cuando llega la época del celo, por lo que puede llegar a causar problemas en las relaciones vecinales si vive en un piso.


                Como puedes ver, el gato siamés cuenta con unas características inconfundibles, que le han hecho estar presente desde hace muchos años en los hogares de medio mundo. Sin embargo, es una raza que tiende a sufrir algunos problemas de salud, y que requiere algunos cuidados que sólo una persona responsable puede ofrecerle.

Gatos persa: todo lo que debes saber

Los gatos persa son, probablemente, la raza más conocida de gatos que podemos encontrar. Son muy famosos, considerados de buen gusto, elemento distintivo de la gente con un nivel adquisitivo alto, y, sobre todo, exóticos. Es por ello que no pocas personas sueñan con tener uno en su hogar.



Gato persa: Su origen

                El origen del gato persa no está del todo claro, ya que se suele pensar que el origen del gato doméstico se encuentra en el gato salvaje africano, pero entre éstos, ninguno cuenta con pelo largo. Los gatos con pelo largo son oriundos de Asia, por lo que es probable que en Persia se diera la mezcla de estos dos tipos de gato, dando como resultado el ancestro del actual gato persa.

                En cualquier caso, se tiene constancia del primer gato persa que llegó a Europa en un documento de 1620. El gato llegó desde Persia a Italia, y fue ahí donde comenzó la andadura de este felino en territorio occidental. Después de dos siglos, ya en Gran Bretaña, el gato persa se mezcló con otras razas, tanto de pelo largo como de pelo corto, pero siempre tratando de mantener el pelaje y la cara característica de la raza, y apareció por primera vez el gato persa que hoy todos conocemos.
Características del gato persa

                El gato persa tiene un tamaño grande, que, además, se ve aumentado por la gran cantidad de pelo que posee, siendo ésta la característica más destacable de este tipo de gatos. Por otro lado, otra característica que llama poderosamente la atención, es su rostro aplastado, con un hocico muy poco.
                Pese a que podría considerarse que la aristocracia (personas que, en principio, demandaban este tipo de gatos) estaría más interesada en gatos esbeltos y bonitos, lo cierto es que el gato persa no destaca por ello, sino más bien por ser robusto y macizo.

                En cuanto al carácter, tras siglos de convivir entre humanos, el gato persa se ha convertido en una raza tranquila y doméstica, amante de la vida en familia y de tener un hueco en el sofá donde dormir. No son especialmente activos, pero son capaces de mantener a raya a los ratones y a las ratas en el caso de vivir en el campo.

                Por otro lado, se trata de una raza que requiere cuidados especiales, ya que su pelaje tiende a enredarse y ensuciarse. Asimismo, se debe tener especial cuidado al castrarlo, ya que tienden a sufrir sobrepeso y, al no ser muy dados al deporte, pueden llegar a engordar hasta el punto de ser peligroso para su salud.


                Como ves, el gato persa es una de las razas de gato más aclamadas desde hace ya muchos años (cientos, incluso), el cual puede ser muy cariñoso y afable, pero que, por otro lado, requiere una gran cantidad de cuidados. Es por ello que no es un gato que se recomiende a cualquier persona, sino a aquellas que sean responsables y tengan intención de darle todo el cariño y dedicación que requieren.