Gatos persa: todo lo que debes saber

Los gatos persa son, probablemente, la raza más conocida de gatos que podemos encontrar. Son muy famosos, considerados de buen gusto, elemento distintivo de la gente con un nivel adquisitivo alto, y, sobre todo, exóticos. Es por ello que no pocas personas sueñan con tener uno en su hogar.



Gato persa: Su origen

                El origen del gato persa no está del todo claro, ya que se suele pensar que el origen del gato doméstico se encuentra en el gato salvaje africano, pero entre éstos, ninguno cuenta con pelo largo. Los gatos con pelo largo son oriundos de Asia, por lo que es probable que en Persia se diera la mezcla de estos dos tipos de gato, dando como resultado el ancestro del actual gato persa.

                En cualquier caso, se tiene constancia del primer gato persa que llegó a Europa en un documento de 1620. El gato llegó desde Persia a Italia, y fue ahí donde comenzó la andadura de este felino en territorio occidental. Después de dos siglos, ya en Gran Bretaña, el gato persa se mezcló con otras razas, tanto de pelo largo como de pelo corto, pero siempre tratando de mantener el pelaje y la cara característica de la raza, y apareció por primera vez el gato persa que hoy todos conocemos.
Características del gato persa

                El gato persa tiene un tamaño grande, que, además, se ve aumentado por la gran cantidad de pelo que posee, siendo ésta la característica más destacable de este tipo de gatos. Por otro lado, otra característica que llama poderosamente la atención, es su rostro aplastado, con un hocico muy poco.
                Pese a que podría considerarse que la aristocracia (personas que, en principio, demandaban este tipo de gatos) estaría más interesada en gatos esbeltos y bonitos, lo cierto es que el gato persa no destaca por ello, sino más bien por ser robusto y macizo.

                En cuanto al carácter, tras siglos de convivir entre humanos, el gato persa se ha convertido en una raza tranquila y doméstica, amante de la vida en familia y de tener un hueco en el sofá donde dormir. No son especialmente activos, pero son capaces de mantener a raya a los ratones y a las ratas en el caso de vivir en el campo.

                Por otro lado, se trata de una raza que requiere cuidados especiales, ya que su pelaje tiende a enredarse y ensuciarse. Asimismo, se debe tener especial cuidado al castrarlo, ya que tienden a sufrir sobrepeso y, al no ser muy dados al deporte, pueden llegar a engordar hasta el punto de ser peligroso para su salud.


                Como ves, el gato persa es una de las razas de gato más aclamadas desde hace ya muchos años (cientos, incluso), el cual puede ser muy cariñoso y afable, pero que, por otro lado, requiere una gran cantidad de cuidados. Es por ello que no es un gato que se recomiende a cualquier persona, sino a aquellas que sean responsables y tengan intención de darle todo el cariño y dedicación que requieren.

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